Mucha gente tiene pánico a los muñecos, miedos que se
originan de muchas maneras en la más tierna infancia, pero no hay nada más
aterrador para el ser humano que ver surgir el pavor y el miedo en algo muy
cercano que se vuelve un ser espantoso. Esta es la historia de Robert...
Esta leyenda comienza en el hogar de los Otto, en 1896.
Donde era muy conocido el hecho de que los Otto abusaban de sus sirvientes y no
eran muy amables con la gente.
La Sra.Otto despidió a algunos de sus empleados cuando los
vio en el jardín en una ceremonia que ella creyó que era brujería.
Pero una las sirvientas despedidas, quién se encargaba del
cuidado de Gene, el hijo de los Otto, estaba iniciada en el arte de vudú, y
obsequió a Gene con un muñeco, el cuál media un metro altura, y estaba relleno
con paja. La sirvienta dio al muñeco muchos rasgos físicos que recordaban al
pequeño Gene, incluso se dice que el cabello que tiene es del niño, y que
cuando a este le cambió de color, el del muñeco también lo hizo.
Gene decidió llamarle Robert y se convirtió en su mejor
amigo, tanta era la complicidad con el muñeco que para los Otto era costumbre
escuchar al niño hablar con el muñeco, el cuál le respondía.
Según pasó el tiempo, Gene comenzó a culpar al muñeco de
travesuras y sucedidos en la casa, los padres escuchaban al muñeco reír y
moverse por la casa, la gente que pasaba por la calle, veía como el muñeco se
asomaba a la venta.
Gene comenzó a tener pesadillas, y se despertaba gritando
por la noche, cuando sus padres respondían a los gritos de su hijo, a menudo
encontraban los muebles tirados por la habitación, bombillas fundidas,
cristales rotos... y a su hijo muerto de miedo. Y cuando miraban a los pies de
su cama encontraban a Robert con una mirada de maldad mientras Gene gritaba:
"¡ Lo ha hecho Robert!"
Años después, cuando el sr. Otto murió, Gene recibió como herencia
la casa donde había pasado su infancia, así que decidió mudarse a su antigua
casa con su esposa. Decidió darle uso al mirador que se encontraba en el techo
de la casa desde el cual podría inspirarse para obtener material para sus
obras. Cuando subió al ático para organizar todo, descubrió a su olvidado
compañero de juegos y los sacó de ahí para colocarlo en el mirador. A
partir de ese momento, el vínculo que hubo en la niñez entre ellos dos volvió a
hacerse presente, lo que provocó una atmósfera desagradable en la casa. La
esposa de Gene lo notaba a cada instante, así que cuando su marido había
salió, aprovechó y lo volvió a guardar. Cuando Gene regresó y vio lo que había
hecho su mujer, volvió al ático y lo sacó de nuevo. Gene decidido le dijo a su
mujer que Robert necesitaba una habitación para el solo hasta que arreglase el
mirador, a partir de ahí, ella comenzó a
dudar de la cordura de Gene.
Con el tiempo comenzaron a correr rumores sobre Robert y sus
maldades. Mucha gente contaba historias en las que decían haberle visto hacer
cosas desde el mirador, muecas, burlas, insultos... Gene incluso aseguró haber
ido al mirador y encontrar a Robert meciéndose frente a la ventana quejándose
de su encierro.
Cansado de Robert y sus maldades, Gene lo volvió a guardar.
La gente que los visitaba decía escuchar pasos en los cuartos del piso de
arriba e incluso se escuchaban en ciertas partes de la casa algunas risas
malignas, por lo que la gente dejó de visitar a Gene.
Gene Otto murió en 1972, y su mujer vendió la casa
rápidamente dejando a Robert en el ático y de nuevo las historias fueron
olvidadas.
Hasta que una nueva familia llegó a la casa y Robert fue
descubierto por la hija pequeña que inmediatamente lo llevó a su habitación
junto con sus otros muñecos.
Pero esta vez, la niña no fue del agrado de Robert y comenzó
a molestarla, al punto en el que la niña gritaba de terror por las noches, y
cuando llegaban sus padres, la niña muerta de miedo señalaba al muñeco sobre su
cama alegando que trataba de matarla.
Hasta hace poco, esta mujer seguía asegurando que aquel muñeco se
movía y trataba de matarla porque el muñeco no la quería, ella se puso en
contacto con Los Warren, que fueron a comprobar sus malvadas intenciones, y se
lo llevaron, después de bañarle en agua bendita, lo pusieron en su museo para
tenerlo en una urna y que no hiciera daño a nadie más.
Cuenta la leyenda de
que quien quiera hacerle una fotografía, primero tiene que pedirle permiso y si
el muñeco inclina la cabeza hacia un lado, eso quiere decir que él está de
acuerdo, pero si no hace nada e insistes o te burlas de él, lo más probable es
que tu cámara no funcione y la maldición de Robert caiga sobre ti.
Venimos desde el twitter fuerza bloquear y te acabamos de seguir! Te esperamos de vuelta por nuestro blog!! https://sintiendotusletras.blogspot.com.es
ResponderEliminarRecién conozco este blog y con esta maravillosa entrada quisiera que publicaran todos los días cosas como estas. Me declaro fan de este blog ahre. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias!!!
EliminarEsperamos que te gusten todas!!!
Un abrazo!!!!!!
Me encantan estas historias, pero luego no puedo dormir!
ResponderEliminarUna entrada muy interesante, espero que no le hagan película porque sino mi novio querrá ir a verla y voy a salir con dolor en el cuerpo por la tensión XD
Besos desde Cartas a Eliza
Muchas gracias por comentar!!!
EliminarNosotras deseamos película con muchas ganas!!!!!
Un abrazo!!
Hola! El muñeco es horripilante ya de por si xD Cuando era pequeña tenía un Woody que hablaba y en ocasiones hacía los sonidos sin haberle dado y la niñera siempre decía que estaba poseído. Cuando me hice mayor fui a Disney y me compré el Buzz y era peor que Woody, cada dos por tres “hablando” sin haberle dado, y lo sigue haciendo a día de hoy. A mi me hace gracia pero para los más miedicas no tanto xDD
ResponderEliminarMuchas gracias por visitarnos y comentar Erym!!
EliminarYa sabes, el próximo muñeco que tienes que cogerte es a Robert, jajajaja!!!