viernes, 4 de mayo de 2018

Lugares encantados de la ciudad de Madrid (Parte 8/10)

¡Bienvenidos, una vez más!

Ya estamos llegando a la recta final de esta asombrosa serie de lugares encantados de Madrid. ¡Pero no os apenéis! Aún nos quedan lugares ocultos...

En esta ocasión, queremos hablaros de un lugar muy concreto, cerca de la Biblioteca Nacional de España...

El Baúl del Monje




En el número 10 de la calle Marqués de Monasterio, cerca del Paseo de Recoletos, podemos encontrar lo que en su momento fue “El Baúl del Monje”, una antigua tienda de antigüedades que, durante la década de los años 90, se convirtió en el foco de diferentes sucesos paranormales.

La propietaria del local describió una vez los sucesos como agresivos, de gran intensidad y muy frecuentes, llegando incluso a manifestarse cuando había clientes en el lugar, como objetos que se caían sin que nadie los tocase, o la presencia de figuras y ruidos espeluznantes e inexplicables.
La copropietaria del negocio conocía más detalles, y afirmaba que todo comenzó en el mes de marzo del año 1998, cuando su compañera bromeó diciendo que había fantasmas en ese lugar. Desde ese momento, el local no volvió a la normalidad nunca más.

Según cuenta la copropietaria, una mujer llamada Ángela, las lámparas empezaron a moverse solas; los cristales que los decoraban aparecían en otras habitaciones sin razón aparente, y las lámparas se rompían ante los ojos de las propietarias, sin ningún motivo lógico. También contaba que los grifos se abrían solos, que se podía escuchar el ruido de una vasija rompiéndose al caer el suelo, y que algunas habitaciones y muebles desprendían olor un olor a pelo quemado y putrefacción.

A medida que pasaba el tiempo, estos fenómenos iban volviéndose más frecuentes, violentos y aterradores: Una cabeza de carnero que había tirado a la basura apareció en la puerta del local, se produjeron desprendimientos de madera carcomida y húmeda del techo en el salón principal, e incluso afirman que unos vasos salieron despedidos con fuerza contra una escultura romana.

Estos fenómenos tuvieron tal repercusión que el local fuera investigado por el grupo de investigación paranormal Hepta en febrero de 1999, además de ser uno de los temas estudiados en el programa “Cuarto Milenio”. Afortunadamente, estos fenómenos se vieron reducidos a lo largo del tiempo, tanto en frecuencia como en agresividad. Algunos aseguran que tienen lugar por el alma del anterior propietario, un abogado que murió abrasado en un incendio por culpa de un cigarro que prendió la cama. Sin embargo, algunos vecinos del edificio aseguran que, durante las noches, se pueden escuchar conversaciones y ruidos en el interior del local, como si allí hubiera alguien trabajando…

A día de hoy, el anticuario ha desaparecido. Pero aun así, ¿os atreveríais a ir por allí a tratar de averiguar qué ocurrió realmente? ¿Cuál es vuestra teoría?

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