Lugares encantados de la ciudad de Madrid (Parte 10/10)

¡Bienvenidos de nuevo, cazadores y cazadoras, ávidos de misterios ocultos!

Llegamos al final de nuestra ruta por Madrid... Y ya solo nos queda un lugar que mostraros. Es triste, pero toda puerta que se cierra abre una ventana (o algo parecido) así que esto puede dar lugar a nuevas series, si os ha gustado esta. ¡Pero dejemos de hablar del futuro! Nos toca mostraros este lugar tan enigmático...

El Palacio de Linares

En el nº 2 del famoso Paseo de Recoletos, haciendo esquina con la Calle de Alcalá y con la entrada principal dando a la plaza Cibeles, nos encontramos con nada más y nada menos que la sede de la Casa de América, el Palacio de Linares, el cual fue declarado Monumento Histórico Artístico en el año 1976, lo que lo salvó de ser derruido. 

Su construcción se remonta al año 1872, cuando José de Murga y Reolid y Raimunda de Osorio y Ortega, primeros marqueses de Linares y primeros vizcondes de Llanteno, compraron los terrenos donde se construiría el edificio, tarea encomendada al arquitecto municipal Carlos Colubí en 1877. El edificio terminó en el año 1900 y sirvió como residencia para dichos marqueses. 

Sin embargo, los rumores por Madrid cuentan historias oscuras, y no solo sobre el palacio y los inquietantes fenómenos paranormales que se dan en su interior, sino también sobre los propietarios y los oscuros crímenes que cometieron en su propio hogar.

Según la leyenda, todo comenzó cuando un joven José de Murga le confesó a su padre, el rico comercial Mateo Murga y Michelena, que se había enamorado de un muchacha de origen humilde, hija de una cigarrera de Lavapiés, llamada Raimunda de Osorio. Al escuchar horrorizado el nombre de la joven que había robado el corazón a su hijo, Mateo envió a José a estudiar a Londres, con el fin de que se olvidara de la muchacha.

Pasados los años, Mateo Murga y Michelena falleció, y José de Murga pudo al fin casarse con su amada Raimunda. Además, al haber fallecido tanto su padre como sus hermanos, quedó como legítimo heredero. Entre las pertenencias de su padre, encontró una carta dirigida a él, donde le confesaba por qué había actuado así todo ese tiempo. Confesándose infiel a su esposa, su padre le contó que tuvo una relación fuera del matrimonio con una cigarrera de Lavapiés, y que habían tenido una hija no reconocida. Así es: José de Murga y Raimunda de Osorio eran hermanos por parte de padre.

Aterrados ante esta situación, José y Raimunda se dirigieron al mismísimo Papa Pío IX para que otorgara un indulto por el pecado cometido. Por desgracia, al no conocer este hecho, los dos hermanos habían concebido, fruto del incesto, a una hija: Raimundita. Para evitar el escándalo que se produciría si alguien se enteraban, asesinaron a la niña y enterraron su cuerpo en el propio palacio.

Desde ese momento la casa fue foco de sucesos extraños: figuras vagando por el edificio y una voz infantil llamando a sus padres. Años después, un grupo de investigadores pidió permiso para investigar el palacio, abandonado desde hacía décadas. Los resultados que obtuvieron, además de interesantes, fueron totalmente tenebrosos: El grito desgarrador de un bebé, el estruendo de un órgano, pasos acelerados en un pasillo, el sollozo de una mujer acercándose, psicofonías donde se escuchaba la voz de una niña llamando a su madre o, directamente, donde se apreciaba cómo algo golpeaba la grabadora, fotografías donde aparecían personas que no se encontraban en ese momento en la sala, observando. Los vigilantes confesaron a los investigadores que muchos de sus predecesores, al terminar la primera noche, dejaban el trabajo, e incluso uno de los antiguos vigilantes término en el psiquiátrico.

¿Qué os ha parecido este lugar? Inquietante, sin duda. Apenas lo leemos de nuevo y se nos pone el vello de punta. ¿Os atreveríais a entrar dentro, ya sabiendo lo que sabéis?

Esperamos que os haya gustado mucho esta serie, y si queréis más de este estilo o similar, ¡contadnos en los comentarios! Sin nada más que añadir, os esperamos el próximo lunes con un nuevo misterio. ¡Pasad un buen fin de semana!